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lunes, 8 de noviembre de 2010

Mi dulce Nada...


Perdido en mis pensamientos te veo caminar
Perdido sin rumbo vas
Siempre presente

El presente me trae de nuevo a ti
Pensé que serias mi eterno pasado
El frio me hace recordarte

El sabor de lo aniego siento
Como el humo de un cigarro te vas disipando
Cada vez más tenue te veo

Perdida tras tus pasos iré
Me perdí, sin rumbo voy
El camino es demasiado largo

Mis pasos solo me alejan de ti
Sintiendo lo que siento
Camino hacia la nada

Pensando que nunca se podría volver atrás
Te recuerdo
Solo eso me queda

La niebla hace que te vea cada vez menos
Pero siempre recuerdo esos ojos
Esa voz y esa sonrisa

Desarmaste mi barrera ni bien te vi
Camino a las estrellas iré a encontrarte
Un sueño, algo irreal serás para mi


Perdido en mi mente solo estas
Lejos de mi realidad, lejos de mí
De todo lo que me rodea

Solo me queda tu simple recuerdo
Siento que nunca te tendré, lo se
Niño de ojos bonitos

Mi dulce sueño
Mi dulce secreto
Mi dulce nada

lunes, 1 de noviembre de 2010

Dulce cordura...me causas tanta demencia...






Extraño mirar esos ojos, demencia, locura y pasión.
Pensar que con una simple mirada ya nos decíamos todo y nada.
Esa complicidad que lo hacía algo demasiado excitante.
Pensar que un día lo tuve a mi lado, caminando, riendo, discutiendo.


Como pasa el tiempo, y como nos hace ver todo.
El cambió y yo también.
Pero a pesar de eso…sus ojos siguen teniendo el mismo brillo.

¿Porqué negar que un día me robaron el corazón?

Hermosos ojos, cálidos como el fuego, fríos como el hielo.
Era un torbellino de emisiones esa mirada.


Esos ojos  ¿cómo olvidarlos?... hermosos!!.


Siempre me robaran un suspiro,
Capaces de acelerar o detenerme el corazón.

Despiadadas eran sus palabras, pero aun mas eran las mías.
Detrás de mi indiferencia escondía algo.
Atenta a sus pasos y a la vez no.
Perdida en mi inocencia, mi rabia, y mi egoísmo lo desprecie.


El era tan cálido y yo tan fría.
Siempre dispuesta a rechazarlo.
Lo quería tan lejos como cerca.
Mi desprecio hacia el era la cárcel de mi amor.


¿Cómo explicar esa sensación de placer y desprecio que me causaba?
Arrogante su alma, llena de caprichos.
Compañero de locuras.


La puerta a un mundillo me abrió, fascinada quedé.
Dulce cordura me causas tanta demencia.
Lo mejor y  lo peor viví.
Palabras frías de adiós.


Esquivando mis ojos lo vi.
Su fuego y su hielo siempre seguirán.
Pero ya no se posarán en mí.
Mi corazón herido lo desprecio.
Olvídate de él, me lo repito una y otra vez.
Caprichosa mi alma lo buscó en vano.


Latente en mi corazón estará siempre:
Esa mirada de fuego y hielo.
Su alma arrogante.
Su sonrisa cómplice y su suave voz

Encuentro




Una tarde de otoño nuestras vidas se cruzaron
Ahí estabas, frente a mí
Cabello negro como la noche
Tenías la mirada fija en el suelo
Yo me acerque, agresiva, enojada

Tú me miraste, y mi mente quedo en blanco
Era incapaz de tratarte con desprecio
Te merecías el mayor de los respetos
Sentía que te conocía de antes
De otras vidas, de otras realidades

Incapaz de levantarte la voz
Te hable con suavidad
Nuestras miradas se encontraron
Esos ojos verdes, tristes, inseguros
Escondían algo…algo que me fascino

Me miraste y sentí tu suave voz
Pero tus palabras eran firmes
Al igual que las mías
Llegamos a un acuerdo…
Sonreímos…

Me pusiste en mis manos
Tus dos tesoros más preciados
Frágiles, tiernos y muy poco comunes
Así las recuerdo
Elvira y Helena se llamaban

En ese momento supimos que de todo esto
Surgiría algo bueno
Con el tiempo nos cruzamos
No muchas veces, pero si las necesarias
Para crear esta amistad


Distantes ya de ese día
Hoy continuamos con esa amistad
Felices de ese encuentro
Un poco extraño, un poco loco

Tu voz sigue  firme pero suave
Ya no te escondes en tu timidez
Y tus ojos siempre van a tener
Ese brillo especial que me fascino